martes, 21 de abril de 2015

IDEAS PARA IMPULSAR LA INNOVACIÓN





La innovación es el secreto de las grandes empresas Apple, Facebook, Google... sin embargo, innovar y crear no es tema particular o exclusivo de un sector, sino cuestión de personas.

Si la gente crea ideas innovadoras todo el tiempo, ¿qué es lo que haces tú, como empresa, para que éstas no sólo se piensen, sino también para que se ejecuten con éxito?

Para Ricardo Perret, socio director de las firmas Mindcode y BrainScan, uno de los principales problemas en las empresas es que aún ven la innovación como el problema y obligación de ‘unos cuantos’.

“Hace un tiempo estaba dando una conferencia al comité directivo en una de las empresas más importantes de supermercados del país y yo les pregunté a estos dueños y directivos; ¿Quién me puede narrar o describir el proceso de innovación para lanzar un producto en sus tiendas? Nadie se atrevió a hacerlo”.

Es lógico, si el directivo de una empresa no tiene claro el proceso de innovación, qué podemos esperar de los demás colaboradores.

Ya lo dijo Steve Jobs:
“(LA INNOVACIÓN) NO ES UN TEMA DE CANTIDADES, SINO DE LA GENTE QUE POSEES, CÓMO LES GUÍAS Y CUÁNTO OBTIENES POR ELLO”.

La innovación es inversamente proporcional a la libertad y soporte que le des a tu gente crear nuevas ideas. ¡Ese es el secreto!

Empresas como Google no sólo se encargan de dar libertad creativa y de innovación a su gente –pues cada uno de ellos invierte hasta un 25% de su tiempo en generar nuevas ideas–, sino también de dar espacios y oportunidades.

“En Google se trata de que la innovación sea generada por un ejército de 26,000 personas con talento trabajando, aportando y compartiendo”, comentó Susan Wojcicki, ejecutiva de Google, para Think Quartery.

Sin embargo, también es un proceso complicado de realizar, sobre todo si la empresa no está acostumbrada a ello.

De esta manera, Perret, quién es experto en temas de innovación, nos brinda una guía de cómo conseguirlo:

1. Todos deben tener claro el proceso

Recuerda, la gente está pensando constantemente en cómo resolver los problemas a los que se enfrenta continuamente, son máquinas expendedoras de ideas creativas e innovadoras. Pero si no saben qué hacer con ellas, de nada sirve.

Lo primero que debes tomar en cuenta es si tu organización (y nos referimos a todos) tienen acceso a los proceso de innovación y si tienen los canales de comunicación necesarios y efectivos para que se ejecuten las ideas.

Es importante que todos sepan a quién recurrir cuando una idea innovadora esté en proceso creativo, también es primordial construir medios de comunicación que permitan hacer llegar las ideas a aquellos destinados a desarrollarlas.

Para que este proceso de comunicación se afectivo, debe haber una dinámica de recepción y contestación; la gente también debe sentirse importante en estos procesos.

2. Es obligación de todos

“Suele pasar constantemente en las empresas: los directivos asignan a un grupo de innovación, pero la tarea es atenderla ‘cuando puedan’. La gente no lo va a ser por hobby, la gente necesita saber que se van a dedicar a ello y que se les va a recompensar por ello”, comenta Perret.

Deja de ver a la innovación como un ‘proyecto a medias’ en tu empresa. Haz grupos de innovación con horas y días asignados, haz que tu gente se sienta inspirada y comprometida para generar nuevas ideas que ayudarán a la empresa y sus carreras.

3. Invierte en innovación
La innovación no se nutre de aire, se nutre de recursos materiales, económicos y humanos. Por ejemplo, en 2012 Apple destinaba alrededor de 3,389 millones de dólares en I+D (Investigación y Desarrollo), Google por su parte destinaba 1,441 mdd y Microsoft 1,732 mdd.

Es decir, cada empresa que busca diferenciarse en el mercado debe destinar un porcentaje de dinero para I+D de sus áreas, no sólo comerciales.

4. Crea ambientes propicios

Lo peor que pueda pasar en tu empresa es que veas a uno de tus colaboradores trabajando en el Starbucks de la esquina porque en su oficina no lo puede hacer o simplemente no se siente a gusto; es imperdonable, asegura el experto.

Las oficinas de trabajo deben ser espacios que incentiven a sus trabajadores a crear nuevas cosas. Para que esto suceda, en su libro Home Runs de Innovación, Perret indica que el ser humano tiene instintos profundos y básicos a satisfacer en los espacios donde pasa ocho horas diarias:

- Instinto de socialización. La gente necesita convivir con sus compañeros de trabajo, para ello debes evitar la idea de encerrarlos en cubículos, y dejar que existan espacios abiertos, una idea al respecto pueden ser los espacios de integración y socialización: cafeterías, comedores y espacios recreativos.

- Instinto de personalización. ¿Qué tanto permites a tu gente apropiarse de su espacio de trabajo? Desde la foto familiar, los adornos, los aromas y los objetos personales es una forma de sentirse parte de un todo.
“AL SER HUMANO LE GUSTA MARCAR SU TERRITORIO, SENTIRSE CÓMODO EN ÉL Y SENTIRLO COMO SUYO”.

- Instinto de relevancia. Crear espacios y medios para ser escuchados. Si nadie considera a la persona, si no se escuchan sus ideas y no se lo reconocen, se sentirá minimizado, al igual que sus resultados, indica el autor en el libro arriba mencionado.




Fuente: www.altonivel.com

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