viernes, 17 de abril de 2015

CÓMO INTERNACIONALIZAR Y DIVERSIFICAR TU NEGOCIO




Si has llegado a estas líneas has dado un buen primer paso: comprendes que en pleno siglo XXI un negocio no puede sobrevivir de su entorno más inmediato. La internacionalización está en boca de todos, desde el mismo gobierno nos animan a ello, pero no todas las empresas ni todos los modelos de negocio son exportables y, por supuesto, si tienes un producto que puede funcionar fuera todavía te queda camino para lograr tu objetivo.

Como en todas las facetas empresariales, el esfuerzo y no desanimarse con los primeros fracasos es fundamental para lograr una posición a nivel internacional que puede darnos ventajas como las siguientes:
  1. Dispondremos un negocio que no colapsará en caso que tu gobierno ponga en práctica una jurisdicción anti-empresas.
  2. Visión más globalizada. Ya sabes que salir de tu país enriquece, lo mismo pasa con los negocios. Explorar nuevos mercados, tropezarte en ellos y compartir con otras culturas, te equipará con nuevas ideas y te ayudará a ver errores que muchas veces es difícil ver desde dentro.
  3. Tendremos un negocio más diversificado y estable que será capaz de adaptarse a las circunstancias de una forma mucho más rápida y efectiva.
  4. Capear el temporal en tiempos de crisis. Las economías son cíclicas, y por ello, cada cierto tiempo sufren bajones económicos. Estar presente en varios países te permitirá sobrellevar las pérdidas sufridas en tu mercado madre.

Antes de disfrutar de las ventajas de la internacionalización tendremos que prepararnos previamente. Los empresarios suelen ser personas que confían mucho en sus instintos y deber seguir fiándose de ellos para triunfar en otros mercados. Pero de una de las cosas que tienes que despojarte es de esas prisas tan tremendas que tienes de mover el balón. Ahora juegas fuera de casa y con las apuestas en tu contra, y por ello, tienes que avanzar hacia adelante pero sin dejar desprotegida la retaguardia.

Planificación y Ayuda


En todo negocio la planificación es importante, pero lo es aún más si cabe cuando nos adentramos en territorio desconocido.

1- Identificar mercado: Una de las partes más complicadas es identificar el mercado idóneo para tu producto, una sociedad que pueda necesitar y reciba bien tu producto. Estudiar cada mercado y su competencia es un proceso en el que seguramente necesites la ayuda de un profesional o empresa con experiencia en ese mercado concreto.

2- Adaptar mi producto: Recuerda que lo que funciona en tu país seguramente no funcione de la misma forma en otro mercado. Debes identificar esos cambios primero y adaptar tu producto: etiquetado, nombre, normativas, etcétera.

3. Registro de marca y adecuación de la normativa en el país de destino: Debes estudiar muy fielmente los requisitos legales y normativas vigentes para que tu producto no tenga problemas una vez en destino. Así mismo, protege tu nombre.

4- Calcula tus necesidades financieras. Aunque ya dispongas de una empresa exitosa en tu país de origen, debes medir muy bien los costes que te va a suponer dar el salto. No queremos que una inversión exagerada y mal orientada perjudique a la base del negocio.



Y tu, ¿Estás pensando seriamente en dar el salto al siguiente nivel?




Fuente: www.aitaria.com

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