Máquinas con sensores registrarán el entrenamiento y harán sugerencias. Robots que sirvan de sparrings y cuartos sin gravedad serán realidad en los próximos años.
Correr en medio del Central
Park de Nueva York; al otro día, recorrer la orilla del río Sena y
contemplar la Torre Eiffel. Todo, sin necesidad de hacer maletas ni
pagar caros pasajes. Solo es la “magia” de la tecnología.
Las nuevas trotadoras iFit
están conectadas a Internet y tienen una gran pantalla que cubre el
campo visual del corredor. Antes de empezar a trotar, el usuario
selecciona en un mapa que aparece en la pantalla el trayecto que va a
seguir. Si quiere, puede hacer la misma ruta que la maratón de Nueva
York. Una vez finalizada la selección, la trotadora muestra las imágenes
reales extraídas de Google Street View. Pero no se queda ahí:
automáticamente ajusta la inclinación de la máquina de acuerdo a la
topografía del recorrido, mientras las imágenes de la ciudad avanzan
según la velocidad que el corredor imprima a su trote. Al finalizar, el
deportista puede compartir los datos de su ejercicio con sus amigos.
Estas son algunas de las tecnologías que ya se pueden ver en los más
modernos gimnasios y que pronto se masificarán. “Los gimnasios y los
profesionales del área nos hemos adaptado rápidamente a la tecnología”,
dice Carlos Burgos, director de una cadena de gimnasios en Chile. Según
el profesional, una de las tendencias que ya se ven son bicicletas in
door que ya no están fijas, sino que incluyen movimientos que simulan,
por ejemplo, la subida de un cerro. “Antes, la única forma de controlar
la intensidad del ejercicio era a través de la frecuencia cardíaca, pero
ahora estos equipos incorporan potenciómetros que indican con exactitud
cuál es la carga con la que estás pedaleando”.
Pelotón es un fabricante de
estas bicicletas de interior que incluyen una pantalla conectada a
Internet que enlaza con profesores que dirigen clases a alumnos de todo
elmundo. Él puede llamarlos por sus nombres y conocer la intensidad de
su ejercicio, ya que esos datos aparecen en su pantalla. Los alumnos, en
tanto, pueden conversar por videoconferencia.
La máquina cuesta casi US$
2.000, pero el negocio está en la suscripción mensual de US$ 39. De ahí
que su fundador, John Foley, sienta que es un negocio de contenido más
que de fabricación de máquinas. “Lo que la gente ama de estas clases es
el contenido, la experiencia; no es la bicicleta por sí sola”, declaró a
la revista Wired.
Otra de estas tecnologías
que se están desarrollando son los sensores. Si bien hace tiempo que se
usan correas que miden el ritmo cardíaco, ahora existen los que miden
la actividad muscular a través de la electromiografía, técnica empleada,
por ahora, solo por especialistas.
Fuente: colafit.wordpress.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario