jueves, 7 de enero de 2016

EL CAMINO DEL EMPRENDEDOR



El emprendimiento es un estilo de vida. Tiene mucho de riesgo, de aventura y sobretodo de no seguir reglas, sino crear las propias.

Emprender es vida. Esta es la filosofía que ha seguido el emprendedor alemán Fabien Dittrich, CEO de Helpando.it, una startup que ayuda a mejorar el servicio al cliente de diversas empresas a través de soluciones basadas en la tecnología. Fabien, junto a su socios Dominic Brasovneau y Vin Tran, son los protagonistas de StartUp Diaries, un recorrido a bordo de un campero Land Rover en el que durante ocho meses viajaron desde Chile hasta Colombia, para cumplir dos objetivos: demostrar que gracias a la tecnología es posible seguir siendo productivos desde cualquier parte del mundo, y conocer de cerca las experiencias más innovadoras del emprendimiento de base tecnológica en América Latina.

¿Qué descubrieron estos nómadas digitales durante su travesía?, ¿Qué lecciones les deja su experiencia a los emprendedores? Estas son algunos de los hallazgos que le dejó a Fabien y sus compañeros de viaje los miles de kilómetros que recorrieron conversando con emprendedores de Chile, Argentina, Uruguay, Perú, Ecuador y Colombia.


Ser emprendedor es ser responsable de ti mismo

La primera idea que se viene a la mente al trabajar como emprendedor es librarse de un jefe, de corbatas y de horarios fijos. Sin embargo, eso conlleva una gran responsabilidad, porque de nadie más depende el éxito sino de uno mismo. Eso implica retos como el manejo del tiempo, por ejemplo, pues cuando eres emprendedor no siempre resulta fácil lograr relajarte durante un fin de semana, porque sientes que cualquier momento libre es tiempo que tu empresa necesita. Cuando trabajas para una empresa, sabes que pase lo que pase tienes que estar muy puntual todos los días en la oficina, en cambio, cuando eres tu propio jefe en teoría puedes dormir hasta el mediodía, y esa es una libertad que requiere mucha madurez para saber manejarla.


Los espacios de coworking son una buena fuente de motivación

Una de las situaciones que un emprendedor enfrenta cuando elige el camino de la independencia es la soledad. En una oficina tradicional siempre hay compañeros para subirte el ánimo en un día difícil o para intercambiar ideas mientras se toman un café. Pero cuando trabajas desde casa o tus interlocutores están a distancia, se puede ir perdiendo el contacto social que es tan importante tanto para el bienestar mental como para calidad del trabajo. Por eso, los espacios de coworking donde se juntan personas de distintas startups y con variados perfiles, resultan una buena opción para relacionarse con otros emprendedores, ofrecer y recibir ayuda y compartir la pasión creativa que los une.

En Europa y Estados Unidos estos lugares son muy comunes, tanto así que muchos han perdido mucha de su mística, pues la gente llega, pone sus audífonos a todo volumen y no interactúa con los demás. En América Latina, en cambio, como estos lugares aún son incipientes, las personas que hacen parte de ellos tienen un vínculo más fuerte, hay más sentido de comunidad y de espíritu colaborativo.

A Fabien le llamó mucho la atención la experiencia de Sinergia, en Montevideo, Uruguay, un espacio de coworking que él considera de los mejores y más inspiradores que ha conocido en el mundo.


Para emprender en América Latina se necesita coraje
Ser emprendedor está de moda. En los medios y las redes es fácil encontrar casos de éxito de startups que logran un rápido crecimiento o incluso de otras que se recuperan rápidamente luego de un fracaso. Tomar este camino es fácil en países de Europa o en Estados Unidos, donde las personas cuentan con ciertas garantías en caso de que fallen, pues tienen cierto respaldo económico. Sin embargo, en América Latina aún no se cuenta con ese tipo de ayudas, por lo que emprender se convierte en una actividad más riesgosa, que requiere mayor valentía. Relacionado con esto, está la resistencia y el escepticismo con el que muchos inversores de capital aún ven a las startups tecnológicas. Para Fabien, esta situación hace que los emprendedores latinos muchas veces sean más aguerridos y que su decisión de ser independientes sea admirable.


Hay que aprender a lidiar con la presión social
Cuando alguien se entera de que un emprendedor tiene su propia empresa, asume que tiene mucho dinero. Al mismo tiempo, quienes lo conocen más de cerca, como los padres o su pareja, ven que su situación no es tan estable, además de que muchas veces tienen una visión más tradicional o conservadora, lo que los lleva a decir frases como “consíguete un trabajo de verdad”, o similares. Eso sin contar a los amigos que reclaman porque muchas veces no los puede acompañar a tomar algo después de la típica jornada laboral. Esto crea una gran presión sobre el emprendedor, pues a las personas que están acostumbradas a otro tipo de trabajo les cuesta entender lo difícil que es elegir este camino.


El contexto determina el emprendimiento
América latina aún tiene pendientes por resolver muchas situaciones de injusticias y desigualdades que en otras partes del mundo ya se han resuelto. Este panorama es una gran oportunidad para que los emprendedores despierten su conciencia social y encuentren en esas situaciones una puerta para ofrecer soluciones innovadoras, que funcionen como negocio y a la vez contribuyan al desarrollo de la sociedad. Fabien menciona el caso de Tappsi en Colombia, donde en ciudades como Bogotá puede resultar peligroso tomar un taxi en la calle. En otros lugares del mundo donde tomar un taxi no significa un ningún riesgo no tendría sentido, pero en Colombia la app ha tenido un gran éxito porque permite pedir un taxi de manera segura. Para Fabien, este es un claro ejemplo de cómo las falencias sociales son una oportunidad para el emprendimiento.

Fuente: centrodeinnovacionbbva.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario